La ausencia la marcan
los fresnos desnudos.
Inundables dentro de
poco
emergerán del cielo.
Allí en la linde
se separan nuestros
cuerpos.
Alguien tiene que elegir
entre dos palabras,
la vida desborda el
poema,
es lo que se pierde en
la tierra.
Sólo se vuelve desde el
sol,
pasos hacia atrás
por un campo de
asteroides calientes.
Se disuelve en el agua
un puñado de tierra,
el polvo flota.
Cierzo luminoso,
que poco te decimos,
pules el cielo,
del yo arrancas las
chispas,
la luz se oye dentro de
las malas hierbas.
Rompe el hielo,
el poema
es la grieta
que se abre.
[poéme]