17/1/21

POEMA INEDITO: MIGUEL ÁNGEL CURIEL

 

Fotografiaba todos los años ese mismo paisaje

a la misma hora y desde el mismo punto.

 

El poema lo hace una sola vez

y va de afuera a adentro,

es una inversión de luz.

 

Es como reencarnar el alma con ramas secas.

 

Un año la nieve y la luz,

otro la niebla,

 

mientras llueve el instante es eterno

y se desordena todo.

 

La noche es lo inverso,

las vísceras del ángel brillan en el pozo,

 

se duerme bajo el mar de la ciudad,

en los taxis negros en una estación de mármol.

 

Es lo inverso.

¿Qué se le pide?

 

La luz guía hacia el origen, nunca llegas,

entonces le pides que se acerque.

 

Se llama encuentro al ir y que venga,

pero incluso así ocurre lo paralelo,

 

dos movimientos hacia el nunca,

dos flores iguales salen a la vez a distinto tiempo

 

sobre la sucia nieve

vuelve a caer la nieve,

la redundancia de lo ligero,

 

es una labor opaca, frágil,

se colma,

y cuando ves el círculo de hierba bajo ciertos árboles que guardan en sus raíces el calor y unas huellas blancas hacia ellos desaparecer

 

se oye a alguien decir

 

Soy un junco,

peor,

 

la sombra

de un junco en la nieve,

 

peor aún,

 

de noche

sólo

el junco.

 

[…]