“Habito la posibilidad”
Emily Dickinson
No se
puede seguir la luz al ir hacia el sol.
Pasos hacia atrás en la arena.
Humo de ramas verdes
arrastrándose por la tierra.
El poema seco que oí
es mío,
sigue secándose.
Trazar es zeichnen.
En las aguas la estela del
avión negro,
en el cieno pájaros.
Lo que se remueve vive,
se excita
y vuelve a ser.
Te escribí un poema rugoso
como el tronco del fresno,
-emerges de el-
Las palabras no servirían
más que para vivir dentro de
ella un tiempo.
Siempre salen flores de la
arena estéril
y un pájaro escondido en la
hierba
canta
el mismo
canto de la muerte
que la vida imita desde lo
lejano.
La madera quemada es el
testimonio.
Con luz propia en cada cosa se
refleja
y del Stilnox entre sueños
la sombra del danzante en la
pared.
[...]
Hace mucho
que no
digo
yo
sobre
un puente
de
tablas podridas. En el lodo
brilla la sucesión de días.
La ausencia la marcan los
fresnos desnudos.
Inundables dentro de poco
emergerán del cielo.
Se
disuelve en el agua un puñado
de tierra.
Icarus
aquí sería un sol sin días para
la muerte.
De las hojas trabadas
y de las palabras que se pudren
sale humo.
Ya no puedo leerte,
ni orar a tu lado.
El sol se clava.
El ojo se cierra
y en él se purga el cielo.
Así todo queda abierto,
y se aligera lo que subyuga
[Un puñado de tierra]
[Stilnox]
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